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3. NAVEGACIÓN

 

Ya hemos aprendido a despegar y aterrizar, volar más o menos estable, e incluso a hacer alguna maniobra vistosa. Y ahora ¿adónde vamos?

La navegación no es otra cosa que la capacidad de ir de un punto A hasta un punto B ya sea andando, en coche, barco o avión; de hecho, continuamente hacemos ejercicios de navegación, cuando vamos en el coche o a dar un paseo andando por algún sitio nuevo, salimos de casa “sitio A” y llegamos al destino “sitio B” y para ello miramos el nombre de las calles, nos orientamos más o menos en una dirección o miramos un plano de la ciudad. Actualmente los avances técnicos nos permiten que, si no sabemos cómo llegar a un sitio, nos baste con preguntar al navegador GPS de nuestro móvil cómo llegar y él nos irá dando indicaciones; pero no siempre fue así, de hecho la falta de herramientas para navegar limitó la distancia a la que los hombre se desplazaban durante mucho tiempo, y la evolución de las herramientas como brújula, sextantes, mapas y ahora satélites han hecho de los viajes largos algo casi cotidiano.

Pero centrándonos en lo que nos interesa, ¿qué necesitamos en el simulador para poder navegar? En realidad sólo tres cosas: un punto de origen A, un punto de destino B y un mapa.

 

MAPA

En todos los simuladores podemos acceder en todo momento a un mapa del área de juego con más o menos detalle.

Cuando abrimos el mapa de BoX nos encontramos más o menos algo así.

Aparte de las ciudades, ríos, carreteras, etc, vemos unas cuadrículas numeradas; cada una de ellas ocupa un espacio de 10 km por 10 km y su numeración aumenta de norte a sur y de oeste a este. A su vez, cada una de estas cuadrículas se subdivide en nueve cuadrículas más pequeñas numeradas del 1 al 9, ordenadas igual que el teclado numérico, y de unas dimensiones de 3,3 km por 3,3 km.

Si nos fijamos en la siguiente imagen, vemos que si nos dicen que estamos en 1121.7 podemos situarnos fácilmente en la cuadrícula 1127 numpad 7, o sea sobre Krymskaya. Además, si nos dicen que hemos de ir hasta Natukhaevskaya, podemos ver que tendremos que recorrer aproximadamente 33 km hacia el Oeste.

Algunos pilotos tienen los mapas impresos, es un complemento muy útil, aunque el tamaño debe ser lo suficientemente grande para apreciar los detalles que podamos necesitar como número del cuadrante o nombres de las ciudades. Para los más decididos aquí podemos encontrar los mapas para descargar. https://www.escuadron69.net/foro/index.php?/topic/66387-mapas-imprimibles/

Un complemento útil que es conveniente tener a mano y que nos puede ayudar en un momento dado es una “Rosa de los vientos”. Se trata de una representación, sobre cualquier formato, de los principales rumbos, de tal manera que en un rápido vistazo, sabiendo hacia dónde queremos dirigirnos, nos da una idea del rumbo que es y a la inversa, cuando nos dicen un rumbo determinado, podemos ver fácilmente en qué dirección está.

La forma de utilizarla es muy sencilla: con la rosa impresa en papel o bien dibujada sobre un soporte transparente del estilo de un viejo CD o una lámina de acetato o cualquier plástico transparente, la situamos sobre el mapa en el punto donde estamos y con el norte apuntando hacia arriba y en una mirada podemos ver cuál es el rumbo que debemos tomar hacia el destino elegido. En el ejemplo anterior podemos ver que nuestro rumbo debería ser 270 grados.

Actualmente existen otras herramientas de las que hablaremos más adelante que nos resultarán útiles para todas estas cosas.

 

INSTRUMENTOS DE NAVEGACIÓN

En cualquiera de los aviones volables en el simulador, encontramos instrumentos que nos serán imprescindibles para poder navegar por el mapa. No entraremos aquí en explicar los tableros de instrumentos de cada modelo de avión disponible en el simulador: puedes encontrar esa información fácilmente en otras guías disponibles online, o en la propia documentación del juego. Pero eso no significa que no debamos conocerlos: es esencial que conozcamos qué es y cómo se usa cada uno de los relojes del tablero en el avión que estemos utilizando en ese momento. A continuación daremos unas breves nociones sobre los principales instrumentos de vuelo, sin entrar con los relacionados con la gestión del motor, que deberán ser objeto de estudio aparte:

Brújula: Podemos considerarlo el instrumento más básico y fundamental para la navegación.

En estas fotos podemos ver las brújulas de un Pe2 serie 35 arriba y de un LaGG3 serie 66 abajo. Su utilización es muy sencilla: el rumbo que lleva nuestro aparato es el que marca la brújula, y si queremos ir en un rumbo determinado viraremos nuestro avión hasta que la brújula marque ese rumbo. Una puntualización que debemos hacer, es que, como todos sabemos, el funcionamiento de las brújulas en esa época se basaba en el magnetismo de la Tierra, por lo que en realidad todas las brújulas marcan el norte magnético, el cual varía en unos grados con el norte geográfico; en el simulador, sin embargo, esa diferencia se ha obviado, por lo que el norte magnético y el norte geográfico coinciden. En cualquier caso, no es algo muy relevante, ya que las posibles rutas que hagamos no van a ser tan largas como para que la diferencia entre ambos llegue a ser significativa.

En la parte inferior izquierda de cada foto podemos ver una ayuda que nos brinda el simulador, donde nos marca de forma numérica el rumbo que llevamos en cada momento, coincidente con el que marca la brújula; esto es debido a que en algunos casos la brújula queda oculta detrás de la palanca de control o de otro elemento y no resulta cómoda de ver.

Aquí podemos ver en un Yak 1 como en la posición normal la brújula queda oculta en la parte superior del panel de instrumentos, y hay que desplazarse lateralmente para verla.

 

Anemómetro: El indicador de velocidad aerodinámica o anemómetro mide la velocidad del avión expresada en nudos con respecto al aire que se mueve alrededor. En un avión moderno, el anemómetro nos daría diferentes datos de velocidad como la “C.A.S” (velocidad corregida por instrumentos del avión) y “TAS” (velocidad verdadera), pero en el simulador solo nos medirá la velocidad “indicada” o I.A.S (INDICATED AIR SPEED), o velocidad relativa al aire. Esta velocidad no es la real del avión con respecto al suelo, ya que está afectada por cambios en la densidad del aire con la altura, pero nos servirá para usarla como si lo fuera ya que en la práctica en el simulador la diferencia es poca, y en el juego es la única indicación directa que tendremos de nuestra velocidad.

Altímetro: Un altímetro es un instrumento de medición que indica la diferencia de altitud entre el punto donde se encuentra localizado y un punto de referencia. Habitualmente se utiliza para conocer la altura sobre el nivel del mar de un punto. A baja altura o en terreno montañoso, hay que tener en cuenta que indica altitud, no distancia al suelo.

Variómetro: Nos sirve para medir el régimen de descenso o ascenso del avión. Es decir, nos indica la velocidad vertical del aparato, y es muy importante sobre todo para picados y aterrizajes. Con él evitaremos sobrepasar los 2 ó 3 metros por segundo de descenso en los aterrizajes y podremos controlar el aterrizaje para así evitar una posible rotura del tren. También nos permite saber con qué eficiencia estamos tomando altura al subir a nuestro nivel de vuelo deseado.

Horizonte Artificial: Muestra la relación del eje longitudinal del avión con respecto al horizonte natural. En una palabra, nos dice si el avión se encuentra con el morro levantado, bajado o si nos encontramos en un giro a derecha o izquierda. Es muy útil en caso de climatología mala con nubes, por ejemplo. Si nos introducimos en una nube, será la única forma que tendremos para comprobar si llevamos el avión en un vuelo nivelado o por el contrario estamos girando, ascendiendo o bajando respecto a la vertical del horizonte.

RADIOGONIÓMETRO: Un instrumento que podemos encontrar en algunos de nuestros aviones más modernos es el radiogoniómetro RPK-10 para navegación por radiobaliza; en la foto inferior podemos verlo en un Pe2 serie 87. Este instrumento basado en tecnología de radiofrecuencia nos indica la dirección hacia la estación emisora más cercana; a nivel práctico, nos da el rumbo hasta la base más cercana, por lo que cuando estamos desorientados o tenemos algún problema en la brújula, colocando el avión de tal manera que la aguja quede en el centro estaremos en rumbo hacia la base amiga habilitada más cercana, lo que puede salvarte la piel en más de una ocasión.

 

HITOS DEL TERRENO

Ya disponemos de unas cuantas herramientas para poder navegar.

Ahora vamos a observar el exterior: fuera hay todo un mundo de detalles, un precioso paisaje que podemos y debemos aprovechar para saber continuamente dónde estamos y hacia dónde vamos; de hecho, esa será nuestras principal referencia cuando estemos en vuelo. Ríos, bosques, ciudades, carreteras, vías… todos y cada uno de esos detalles que vemos desde la cabina de nuestro avión nos dicen con mucha exactitud dónde estamos y hacia dónde vamos, y saber utilizarlos es la mejor y casi la única forma de conocer nuestra posición en un momento dado.  En cualquier momento mirando hacia fuera podremos ver algo que pueda ayudarnos a situarnos.

Pensemos que estamos en ruta hacia un objetivo sentados a los mandos de un glorioso Peshka; somos los líderes de un vuelo de ataque y todo depende de que nosotros llevemos a la formación hasta el objetivo. Para ello es imprescindible que sepamos continuamente dónde estamos, cuál es nuestro rumbo y cuánto tardaremos en llegar, nuestra vida y las de nuestros camaradas dependen de que no terminemos perdidos en medio de la nada. Si miramos a la derecha

podemos ver unos ríos con una forma característica, así como un pueblo cerca del río y rodeado por unos pequeños lagos.

Si miramos hacia la izquierda,

vemos una gran ciudad en la punta de nuestra ala unos ríos con una forma peculiar y una carretera que cruza el río principal.

Con esos hitos que hemos observado y sabiendo el rumbo que nos marca nuestra brújula,

59 grados, podemos localizar nuestra posición en el mapa. Claro está que debemos saber la zona aproximada donde buscar, pero eso sí deberíamos de conocerlo ya que sabemos de dónde salimos y hacia dónde vamos. Pero incluso desconociendo la zona, también podremos encontrar nuestra posición aunque puede que nos cueste un poco más.

Abrimos nuestro mapa:

Ahí podemos ver los puntos del terreno que hemos localizado a izquierda y derecha de nuestro aparato, lo que nos sitúa en una posición y rumbo bastante precisos:

No dudemos en utilizar cualquier referencia visual para orientarnos: seguir un río, una carretera o una vía férrea puede ser una forma muy eficaz de llegar a nuestro destino en mapas donde hay pocos hitos distinguibles.

Una referencia que no debemos desaprovechar, y que nos será de gran utilidad incluso cuando nos encontramos en combate y no tenemos tiempo que perder contemplando el paisaje, es el Sol. La posición del sol nos indicará en todo momento cuál es nuestro rumbo aproximado, y estará ahí incluso cuando nuestros instrumentos estén averiados.

La duración de las misiones en el simulador no suele ser lo suficientemente larga como para que la posición del sol varíe de manera significativa, por lo que si nos fijamos en la posición del sol cuando comenzamos nuestro vuelo, esa posición del sol nos dará un rumbo fijo de referencia. Por ejemplo, si salimos al amanecer podremos encontrar el sol en el Este, así pues si lo dejamos a la espalda estaremos volando en rumbo 270, y si lo vemos de frente en rumbo 90 para ir al sur lo debemos dejar a nuestra izquierda y para ir al norte a nuestra derecha. Podéis estar seguros que en combate no tendréis tiempo de fijaros en mucho más y os puede salvar la vida en más de una ocasión.

 

NAVEGACIÓN INSTRUMENTAL

Una variante de la navegación, de uso poco extendido pero muy gratificante cuando se domina, es la navegación instrumental, que no es otra cosa que utilizar únicamente los instrumentos de vuelo, el mapa y un cronómetro para llegar hasta nuestro destino.

Imaginemos un vuelo nocturno, o con el cielo completamente encapotado, circunstancias que nos encontraremos más de una vez en nuestro simulador. Lo que hemos aprendido sobre los hitos en el terreno no nos será muy útil si no podemos ver el suelo por falta de luz o por que las nubes nos lo impiden, o simplemente estamos volando sobre el océano donde solo hay agua azul en todas direcciones. Ejercitar el vuelo instrumental puede solucionar esos problemas.

La teoría es fácil: sabemos de dónde salimos, sabemos a dónde vamos y sabemos la distancia que nos separa de nuestro objetivo, así pues si volamos a una determinada velocidad podemos conocer con exactitud cuándo llegaremos. Supongamos que vamos a un lugar situado a 150 km de distancia y que está en rumbo 290 grados; pues si despegamos y ponemos rumbo 290 y fijamos una velocidad de vuelo de 300 km/h, podemos asegurar que en 30 minutos estaremos sobre nuestro destino. Mientras mantengamos el rumbo y la velocidad no necesitamos ninguna referencia visual, podríamos volar con los cristales pintados. Como es evidente, ésa es la teoría, aunque la realidad es un pelín más complicada y la dejaremos para aquellos pilotos a quienes les apetezca el desafío.

En cualquier caso, incluso cuando no llevemos a cabo una navegación instrumental pura, a menudo encontraremos ocasiones en las que necesitemos realizar tramos de vuelo instrumental por falta de visibilidad. Por ejemplo, mientras atravesamos nubes o en ocasiones en noche cerrada. En esos momentos, conocer en profundidad los instrumentos de nuestro avión es esencial, pues llegarán a existir ocasiones en las que, sin su ayuda, ni siquiera seremos capaces de saber si estamos volando nivelados o girando, subiendo o bajando, o incluso volando invertidos. Si esto ocurre en una situación de nubes bajas y no hemos prestado atención a los instrumentos, podemos encontrarnos saliendo de las nubes en una situación de picado hacia tierra que no seamos capaces de recuperar.

 

PLANIFICACIÓN

Ya sabemos cómo situarnos en vuelo, como leer el mapa y cómo ir de A hasta B. Pero si queremos ser Halcones Rojos, eso no es suficiente: un piloto serio no se sube a su avión sin una misión y un plan, No creáis que los cinco minutos que podemos invertir en hacer un mínimo plan de vuelo es una pérdida de tiempo, esos cinco minutos es probable que sean la diferencia entre una misión con éxito y un fracaso, y son imprescindibles cuando vuelas con otros camaradas.

Tanto en un vuelo en solitario como en un vuelo conjunto, hay una serie de puntos que hemos de planificar con antelación y que todos los integrantes del vuelo deben de conocer antes de que nadie despegue; cuantos más de estos puntos queden predefinidos en el briefing (reunión prevuelo), más fluido será todo y más fácil será que cada uno sepa dónde y cuándo debe estar.

Algunos de estos puntos pueden ser:

Puede que parezcan muchas cosas, pero en realidad hacer un plan de vuelo que incluya todos estos puntos puede costar no más de cinco minutos y facilita el trabajo enormemente a todo el mundo.

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